Resumen del Encuentro Nacional: ‘Predicar en una España escéptica’

Más de 140 predicadores de diferentes denominaciones evangélicas se retaron mutuamente a predicar desde la Palabra de Dios a una cultura escéptica.

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Más de 140 participantes de toda España acudieron a la primera conferencia de Taller de Predicación, 29 octubre a 1 noviembre 2022, en El Escorial (Madrid). / Foto: Taller de Predicación.

El ‘runrún’ constante de conversaciones en pasillos, cafetería, salas de talleres, durante la primera conferencia nacional de Taller de Predicación en el Escorial (Madrid), describe bien uno de los objetivos del movimiento que se ha establecido en muchas regiones españolas en la última década.

“¿Cómo planificáis y coordináis los mensajes entre los predicadores de tu iglesia?” “¿Cómo formáis a jóvenes para que enseñen a otros?” “¿Conseguís conectar con personas no creyentes?” “¿Qué impacto tienen vuestras predicaciones colgadas en internet?”. Este tipo de interacciones espontáneas se añadió durante 4 días (29 de octubre al 1 de noviembre) a iniciativas más programadas, como los grupos pequeños en los que la mayoría de asistentes presentó su “mini-predicación” de 10 minutos que iba a ser evaluada por compañeros de ministerio a los que en muchos casos habían saludado por primera vez instantes antes.

‘Predicar en una España escéptica’: TdP celebró su primera conferencia nacional
Chris Wright, durante una de sus exposiciones bíblicas. / Foto: Taller de Predicación

El clima otoñal de la sierra de Guadarrama también dio la bienvenida a los dos británicos y el peruano que estuvieron al cargo de la formación en las plenarias. Al teólogo norirlandés Chris Wright, responsable de Langham Preaching (ministerio fundado en su momento por John Stott cuyo objetivo es promover movimientos de predicación autóctonos en todo el mundo) le acompañaba desde Inglaterra el responsable para Europa y anterior misionero en Uganda, Mark Meynell. Además, aportó su experiencia desde Latinoamérica Alex Chiang, pastor de Alianza Cristiana y Misionera, que también fue obrero de GBU en Perú.

El evangelio en una Europa escéptica

El origen e impacto del escepticismo en la actual Europa secularizada fue el punto de arranque de Mark Meynell la primera noche. Históricamente, el continente ha pasado por 3 etapas de secularización: la inicial separación entre sagrado y secular, la posterior aparición de un racionalismo escéptico que reclama “la neutralidad de una plaza pública desprovista de Dios”, y el actual escenario en el que las “alternativas son infinitas” y la lealtad última es siempre hacia el individuo.

‘Predicar en una España escéptica’: TdP celebró su primera conferencia nacional
Mark Meynell abordó el momento cultural de Europa. / Foto: Taller de Predicación.

Abordando cómo el escepticismo ha hecho avanzar la ciencia y las democracias, Meynell argumentó que también ha tenido un “poder corrosivo” que ha minado cualquier creencia hacia metanarrativas (grandes historias que dan sentido a la vida). Esto ha afectado a la visión de la historia de la Biblia, pero también a otras convicciones centrales del ser humano como la de su propia identidad personal. “Solo el evangelio puede subvertir plenamente el escepticismo moderno”, argumentó Meynell, “con una verdad, un amor y unas comunidades interdependientes que tengan, todas ellas, forma de Cruz”.

Jeremías, fiel y relevante en un mundo escéptico

La temática del encuentro (“Predicadores de Cristo en un mundo escéptico”) tomó como hilo conductor al profeta Jeremías.  

En su exposición sobre el capítulo 1 de este libro del Antiguo Testamento, Alex Chiang planteó los parecidos de aquella sociedad con la nuestra, ya que en ambas “la verdad y la fidelidad murieron”. El predicador es un “regalo a las naciones” (1:15), enfatizó, pese a las dudas. “Las palabras que Dios nos da para predicar a una sociedad en crisis son las que yo mismo necesito en primer lugar”, dijo Chiang. Las iglesias en España no pueden tener “predicaciones fríamente correctas” ni tampoco “antipredicaciones”: aquellas que son muy elocuentes pero con una exégesis incorrecta. “Lo que nos hace buenos predicadores es la presencia de Dios con nosotros”, algo necesario porque Él busca “confiar su Palabra a personas que estén dispuestas a sufrir su predicación” en “una sociedad a menudo atemorizante” (1:8).

‘Predicar en una España escéptica’: TdP celebró su primera conferencia nacional
Alex Chiang, en una de las exposiciones bíblicas. / Foto: Taller de Predicación.

El capítulo 23 es una reprimenda a aquellos pastores tan secularizados que no imaginaron la posibilidad de que Dios pudiera juzgar a su propio pueblo, dijo Mark Meynell en su exposición bíblica al día siguiente. “El problema con el pueblo de Dios es que olvidó la causa que le llevó al exilio de Babilonia” hasta el punto que no podía encontrarse arrepentimiento ni siquiera en los líderes espirituales del momento. “El estilo de vida del predicador muestra si está de lado de Dios o de otros dioses”, argumentó, especialmente cuando “su propia inmoralidad y explotación le impide denunciar la realidad moral de su país”. Meynell subrayó la “carga” del predicador frente a un mundo escéptico, y la necesidad de “estar en el secreto del Señor” (v.18) para experimentar cómo la Palabra de Dios es “fuego” (v.29).

Chris Wright consideró en base al capítulo 29 que, pese al exilio, Dios plantea a su pueblo “una perspectiva sorprendente, una misión sorprendente y un futuro sorprendente”. Jeremías animó al pueblo de Dios a ser “benefactores” en una cultura hostil, pasar “de refugiados a residentes”, pero preparándose para “cuando Dios les vaya a usar de nuevo”. Aplicando el texto a la actualidad, Wright dijo estar cada vez más convencido de que “occidente está viviendo el juicio de Dios” en los términos de Romanos capítulo 1. Pero en este contexto, concluyó, “somos llamados a ser visionarios, residentes y misioneros del reino de Dios”.  

‘Predicar en una España escéptica’: TdP celebró su primera conferencia nacional
Uno de los mútliples seminarios en grupos pequeños. / Foto: Taller de Predicación.

Casos prácticos, alabanza y oración

El programa de esta primera conferencia de predicación expositiva también dio espacio a seminarios con temáticas como “predicación y crecimiento de la iglesia local”, “la predicación evangelística” o “predicando bajo presión social”. Catorce conferenciantes de diferentes trasfondos evangélicos de España abordaron aspectos muy prácticos y casos de estudio.

Un equipo venido desde Galicia envolvió las predicaciones con tiempos de alabanza a Dios enfocados en la esencia del evangelio y la misión.

‘Predicar en una España escéptica’: TdP celebró su primera conferencia nacional
El encuentro contó con tiempos musicales de alabanza.  / Foto: Taller de Predicación.

La noche del 31 de octubre, Día de la Reforma, estuvo dedicada a la oración por Europa, España y por el papel del movimiento de predicación expositiva en las iglesias evangélicas.

Fuentes:

Ante la muerte

Nos encontramos muchas veces en situación de oficiar una ceremonia de sepelio de hermanos en la fe, o hasta nos pidan decir unas palabras en funerales de no creyentes. En este último caso lo tenemos claro: hablar de la esperanza en Cristo, de la seguridad que Él ofrece…, en resumen: presentar el Evangelio. En el caso de creyentes podríamos recurrir a temas y pasajes bíblicos comunes: Para mí el vivir es Cristo; No lloréis como los que no tienen esperanza; Yo sé que mi Redentor vive; 1ª Cor 15; Yo soy la resurrección y la vida… 

El “ángel de la muerte’ por Herman Matzen victorioso es una escultura de bronce sobre una tumba en el cementerio de Lake View en Cleveland, Ohio, EE.UU

Recientemente tuve que exponer la Palabra en un entierro de un familiar. Cuando llegué a su casa tras el aviso de que había partido con el Señor, vi encima de la mesa el volante médico que debía ser entregado a la funeraria cuando vinieran a recoger el cuerpo y que certificaba su muerte. En él me encontré una palabra que me sirvió de inspiración para el mensaje que tenía que compartir al día siguiente. El volante tenía manuscrito: EXITUS, la forma abreviada del término médico Exitus letalis, usado para certificar la muerte de una persona por cese irreversible de las funciones cardiorespiratorias y/o encefálicas. 

Ese término me sugirió otro conjunto de palabras: «salida», «partida», «éxodo», «éxito», alrededor de las cuales elaboré el mensaje. 

Y me sugirió pasajes bíblicos que reconfortaron mi alma y trajeron consuelo divino a la familia: 1ª Ts 4:13 (dormir); Jn 11 (¿Qué quiso decir Jesús con «no acabará en muerte» si Lázaro ya estaba muerto?; 2ª Cor 5 (desarmar esta carpa); Fil 1:21 (partida: «soltar amarras»); Gn 35:29 (ser unido a su pueblo).

José Mª de Rus – Un aprendiz de predicador

Quizá también te pueda interesar este otro artículo que compartimos hace un tiempo: http://tallerdepredicacion.es/la-predicacion-expositiva-en-un-entierro/

Aviva tu obra en medio de los tiempos (Habacuc 2:20-3:1-2)

¿Es un juicio de Dios la crisis sanitaria, económica, social y espiritual causada por el covid 19?. Muchos piensan que sí, y seguramente no les faltan razones, pero lo cierto es que no podemos tener la seguridad absoluta por más que argumentemos, esa afirmación sólo la puede realizar y revelar el Señor. Eso fue lo que hizo con toda nitidez al dar a conocer al profeta Habacuc, que los caldeos serían instrumentos de un severo juicio de Dios hacia su propio pueblo: Israel.

El profeta entró en conflicto, después de orar y expresar su desconcierto delante de Dios, empezó a comprender y llegó a hacer una de esas afirmaciones que han quedado grabadas en la memoria del pueblo de Dios: ¡Aviva tu obra en medios de los tiempos!

Una de las cuestiones que antes de esta crisis nos planteábamos era: ¿Quién y qué puede cambiar la situación espiritual de Europa?. Ahora con el coronavirus se torna todavía más relevante y necesaria, y debería ser uno de los principales motivos de oración y con el mismo espiritu de Habacuc decimos: ¡¡¡Señor, que esta crisis pueda significar un cambio de actitud espiritual en nuestro continente¡¡¡

1.- El Señor está en su Santo Templo (2:20)

Nuestro Dios es único. Es un Dios vivo, es Espíritu, invisible, pero activo en la historia.

Es un Dios que nos ha creado, que nos ha amado, que ha hablado. Nuestro Dios habita en Santidad, es santo y solo en santidad podemos acercarnos a Él. Todos nosotros ante El debemos callar, honrarle, reverenciarle.

Que importante es reconocer a Dios, en su Santidad y callar delante de Él.

2.- La oración del siervo del Señor (3:1)

Cuando somos conscientes de Su grandeza, de su majestad, de su perfección, de su bondad.

Entonces oramos, desde una posición de siervos, necesitados de Él, oramos. Nos dirigimos a Él en oración, y derramamos nuestra alma en su presencia. Tener un Dios que habita en Santidad, es siempre un motivo de esperanza.

Porque el Señor es quién es, podemos orar por nuestro continente y Europa, pueden tener esperanza.

3.- La Palabra del Señor (3:2a)

Que privilegio tan enorme, el Señor además de la oración nos da su Palabra. Poder oír, escuchar la Palabra del Señor, es algo único, transformador.¿Cómo debemos reaccionar ante la Palabra de Dios? Dependerá de nuestra situación espiritual. Si es la de desobediencia de Dios, como era este momento del pasaje: Temí.

La Palabra de Dios es una espada de dos filos, penetra hasta los tuétanos, ¿quién la podrá resistir? Europa debería temer la Palabra del Señor, quién no responda, quién ignore su Palabra se enfrenta a un futuro terrible, peor que la muerte… la segunda muerte.

4.- Aviva tu obra en medio de los tiempos (3:2b)

No hay nada más hermoso, significativo y consolador que la Obra que el Señor hace.

La historia humana está llena de esperanza porque Dios tienen un propósito para nosotros.

Que importante es que dejemos que Dios actúe.

Qué importante es que oremos para que Dios actúe.

Qué importante es que escuchemos la Palabra de Dios.

La Obra de Dios tiene que ser revelada por Él, el verdadero conocimiento surge de su Palabra.

La Obra de Dios tiene que ver con su amor y misericordia: de tal manera amó Dios al Mundo…

¿Quién puede cambiar la situación espiritual de Europa?

¡Aviva tu obra en medios de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer!

Francisco Mira.

Cuatro necesidades espirituales ( 2ª Crónicas 6: 40-42)

Esta oración del rey Salomón hace referencia a nuestras necesidades más profundas, es de una belleza y esperanza incomparables ¡Somos seres creados, necesitamos vivir conforme al propósito para el que fuimos creados, para adorar y amar a Dios. En comunión con Dios.

1. Necesitamos la Presencia de Dios en nuestras vidas. v. 41a. Dios habita en su Reposo

La Presencia de Dios es la Iniciativa de Dios en nuestras vidas: Levántate Señor y Dios¡¡¡

La Presencia de Dios nos dará Descanso cada día de nuestra vida.

En la presencia de Dios hallamos el poder de Dios para vencer al Pecado, al Diablo y al Mundo.

2. Necesitamos la Salvación de Dios en nuestras vidas. v. 41b. Sacerdotes

La salvación de Dios implica Revestirnos, un proceso, una transformación profunda.

La Salvación de Dios tiene como fin la Santidad y perfección de nuestras vidas…eso es posible en Cristo.

3. Necesitamos la confianza absoluta en la Bondad de Dios. v. 41c. Tus santos

Dios es Bueno y Dios es Fiel. Su carácter nos marca, es modelo para nosotros.

Un llamado a vivir fielmente, fidelidad implica inevitablemente sacrificio y entrega.

Un llamado a vivir gozosamente en la Bondad de Dios, aun a pesar de las pruebas.

4. Necesitamos la Comunión con Dios. v. 42.

Reconocimiento de su Señorío. Dios es Señor.

La Comunión con Dios se restablece en Jesucristo. Descansa en ese acto supremo de Aceptación.

Conclusión y aplicación:

En una sociedad que anhela espiritualidad pero que no vive espiritualmente, necesitamos profundizar y crecer en nuestra vida de oración.

En una sociedad en crisis, desorientada, superficial necesitamos de la oración, basada en el conocimiento real y profundo de Dios, que nos de fuerzas y fundamento para agradar a Dios, trabajar duro, vivir sencillamente, hacerlo todo esto con esperanza, sabiendo que tiene sentido.

Si meditamos en esta oración, si vivimos con esa perspectiva espiritual, nuestra vida personal, familiar y eclesial se verá positivamente inspirada y seremos motor de transformación en una sociedad que necesita desesperadamente auténtica espiritualidad.

Francisco Mira

Un ejemplo de vida, madurez, sabiduría y oración (1º Samuel 30:1-7)

Desde que descubrí este pasaje, puedo decir que es uno de los que más me ha impresionado, y a la vez, más me ha ayudado en mi vida.

Quisiera destacar cuatro ideas que puedan inspirarnos y animarnos en el día a día, cuando la adversidad aparece.

No podemos evitar vivir en un mundo imperfecto (v. 1-2)

Hay violencia, injusticia, accidentes, conflictos, enfermedades, ladrones, pérdidas…

No podemos evitar las adversidades (v. 3-6a)

El pueblo de Dios no está exento, aún el ungido de Dios, David, fue perseguido injustamente…A veces las adversidades aparecen varias, una tras otra, seguidas, y parece que todo se viene abajo y nos derrumbamos…

En ocasiones la incomprensión procede del mismo Pueblo de Dios, los hermanos no nos entienden, nos culpan…

Podemos fortalecernos en Dios (v. 6b)

¿En quién debe estar nuestra confianza? ¿En quién debemos fortalecernos?

Cuando todo alrededor se tambalea, miremos a Dios.  Vez tras vez, sin desanimarnos.

Esta es la mejor decisión: Mas David escogió, decidió. Tenemos responsabilidad.

Podemos orar y pedir dirección a Dios (v. 7, 18)

¿Fue eso todo lo que hizo David? ¿Qué otra decisión tomó?

Orar, consultar a Dios: que expresión más hermosa. Desarrolló intimidad en la presencia de Dios. Su petición fue específica, concreta. Qué importante es no perdernos en generalidades. Después de consultar, se pone en marcha, obedece, la respuesta no es mágica y vemos cómo Dios responde de manera afirmativa y maravillosa (v. 18).

Francisco Mira

Qué bueno es tener a Dios en nuestras vidas (Salmo 27)

La Palabra de Dios enriquece, nutre nuestras vidas y además nos da una perspectiva de un valor incalculable. Cuando estamos inmersos en nuestro día a día, con nuestras responsabilidades familiares, laborales, económicas, y de forma excepcional con toda la incertidumbre que esta crisis sanitaria nos está deparando, todo ello a menudo bajo presión, que bueno es saber que Dios es la referencia, la brújula de nuestras vidas.

El salmista lo expresa de forma muy hermosa y convincente, meditemos en las ideas que David nos comparte inspirado por el Espíritu santo.

Dios es lo más importante en mi vida (v. 1-3)

  • Dios es mi Luz. Sin El viviríamos a oscuras, a tientas, la luz aumenta la visión.
  • Dios es mi Salvación. Sin El viviríamos perdidos, desorientados, sin esperanza.
  • Dios es mi Seguridad: Sin El sucumbiríamos al temor, a la inseguridad.

Dios es lo más hermoso de mi vida (v.4-6)

  • Una cosa he pedido y buscaré: Estar en Su presencia todos los días.
  • Para contemplar su hermosura, que importante detenernos y meditar en Su carácter.
  • Para orar en su presencia, compartir con el la vida, desarrollar nuestra amistad con El.

Dios y nuestras oraciones (v. 7-11)

Las oraciones son claves en nuestra relación con Dios, David tenía muy claro que era orar.

  • Buscar el rostro de Dios: esta es la dimensión de la adoración, Dios es majestuoso.
  • Aparta tu ira oh Dios: esta es la dimensión de la confesión, cuanta necesidad de perdón.            
  • Dios, has sido mi ayuda: esta es la dimensión de la petición, cuatro grandes áreas:
    1. No me dejes: la necesidad de su presencia en nuestra vida.
    2. Enséñame tu camino: la necesidad de dirección en nuestra vida.
    3. Guíame por sendas de rectitud: la necesidad de santidad en nuestra vida.
    4. Líbrame de mis enemigos, aflicciones: la necesidad de protección.

Dios es bueno (v. 13-14)

Concluye con una afirmación muy profunda, con grandes implicaciones prácticas:

  1. Confiar en Dios: creer en su bondad aquí y ahora.
  2. Aguardar a Dios: Serenidad, descansar en el Señor.
  3. Esforzarnos en Dios: vivir y trabajar renovada y excelentemente.
  4. Esperar en Dios: desarrollar una visión esperanzada de la vida.

Que este salmo nos estimule a reconocer la bondad de contar con Dios en nuestras vidas.

Francisco Mira

Una sola interpretación – La integridad de la perícopa

La predicación expositiva parte de un texto bíblico. Es la exégesis de un pasaje de las Escrituras, con la aplicación del mensaje del texto a la vida del predicador primero, después la comunicación de esa idea central a un grupo de hermanos para que respondan con fe y obediencia, y acaben transformados un poco más a la imagen de Jesucristo. El objetivo de la predicación expositiva es que el reino de Dios se reproduzca en la vida de los creyentes.

Una perícopa es una porción de las Escrituras apta para ser predicada. Es una unidad de pensamiento dentro de la revelación bíblica. Puede ser un párrafo de las epístolas del Nuevo Testamento, una porción extensa de la narrativa del Antiugo Testamento, un salmo, o un solo versículo de Proverbios. Lo que define la perícopa es que resume una sola idea, transmite un solo mensaje.[1] Esto significa que no se puede sacar muchas interpretaciones distintas de un pasaje bíblico. El mensaje central de una perícopa es único. Se trata de aquello que el autor quiso transmitir. La tarea del predicador consiste en descubrir la idea central del texto descifrando la intención del autor. No es válida una predicación basada en cualquier idea central; hay que dar con el propósito original del que ha compuesto el texto.

El mensaje central de un pasaje bíblico fluye de la pragmática del texto: ¿qué quiere hacer el autor con las palabras que escribe? ¿Cuál es el efecto que busca en los oyentes? Analizar la semántica –el significado léxico de palabras, los datos históricos relevantes, el funcionamiento gramático dentro de la oración– no es suficiente. Hay que descubrir la intención real del autor. ¿Qué espera que ocurra en los que leen su relato? Es una consideración que no suele figurar en los comentarios tradicionales.

Una sola idea

Si analizáramos los periódicos un día cualquiera, podríamos leer titulares como los siguientes:

La segunda ola golpea España

La feroz lucha de Lukashenko por la supervivencia política

Un vídeo, maletas llenas de billetes y tres expresidentes

Después del titular sigue el artículo. En cada caso el periodista busca transmitir una información concreta que gira en torno a una sola tesis, un concepto único. No se puede derivar cualquier conclusión del titular. Lo que define y pone límites al sentido del texto es la intención del autor, cómo trata de exponer un asunto y no otro. Debido a esta característica de la comunicación humana, el refrán «Donde dije “digo”, ahora digo “Diego”» tiene su sentido. Lo que el hablante quiere comunicar en un primer momento es lo que es. No procede desdecirse luego. No es correcto retocar palabras para notificar algo diferente a lo que se ha expresado al principio. Hay un solo sentido admisible, el que corresponde con el objetivo original del locutor.

Si la intención del que habla o del que escribe define el sentido de la comunicacion en general, tanto más se aplica esta misma norma a la palabra de Dios. Cuando Esdras y Nehemías reúnen al pueblo para que escuchen la lectura de la palabra del Señor, su afán es abrir el sentido original que Dios pretendía en sus comunicaciones a los profetas. Había un solo sentido, no varios. Ese sentido único es lo que el pueblo debía descubrir y comprender.

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido,
de modo que entendiesen la lectura (Neh. 8.8).

No se admitían varios significados. El mensaje de cada porción de la palabra del Señor tenía su interpretación correcta. Esta es lo que los levitas tratan de ayudar al pueblo a comprender. Inventar otros sentidos habría sido utilizar una «pluma mentirosa». Sería como hurtar las palabras de Dios del pueblo redimido.

Ciertamente la ha cambiado en mentira
la pluma mentirosa de los escribas (Jer. 8.8).

Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehova,
que hurtan mis palabas cada uno de su más cercano (Jer. 23.30).

De la misma manera, si un predicador se equivoca en la interpretación de un pasaje, si no da con la esencia que el Señor quiso al inspirar este texto bíblico en concreto, podría estar recurriendo igualmente a «la pluma mentirosa de los escribas». No se puede sacar cualquier idea central de un texto. Hay que descubrir la idea central que el Señor –inspirando al autor humano– tenía en mente. Sólo es válida la exposición que se ajusta a la intención del autor.

Otro ejemplo secular de la naturaleza del acto comunicacional son las fábulas de Esopo. Este escritor griego, que vivió allí por el s. VII a.C., compuso historias morales con animales como protagonistas. Uno de ellas es la historia del perro y el trozo de carne:

Un buen día, un perro que se creía muy inteligente, robó un enorme pedazo de carne de una carnicería. Antes de que pudieran atraparle, corrió tan lejos como pudo, queriendo poder disfrutar de aquella pieza con tranquilidad.

Tras la carrera llegó hasta un puente y, cuando se hallaba sobre él, miró hacia abajo y vio su imagen reflejada en el agua.

Aquel perro que se creía muy listo pensó: 

«Ese perro que está ahí abajo también tiene un pedazo de carne. ¡No puede ser! Su trozo parece más grande que el mío. Pero ese perro tiene cara de bobo. Si lo logro asustar, dejará su pedazo de carne y yo podré comer hoy dos trozos de esta delicia. ¡Soy tan listo!»

Pero al abrir el hocico para ladrar, su pedazo de carne cayó al río, se hundió en el agua y desapareció.

Cada fábula de Esopo tiene una moraleja. En este caso el «enfoque teológico» del apólogo (una narración con instrucción ética) es que la avaricia conduce a la pérdida. El asunto más importante para nuestra consideración es que la fábula tiene un significado. Hay un enfoque moral, solo uno, y de él se deriva la aplicación: ¡no seas avaro! Esta aplicación base se podría practicar de muchas maneras, según la situación vital de los oyentes del cuento. La avaricia y la generosidad se podrían manifestar de muchas formas, y el cuentacuentos hábil intentaría ayudar al público a ver la manera más apropiada de incorporar esta enseñanza a la vida real.

La pragmática, clave de la aplicación

La unicidad del significado de un texto se manifiesta en la pragmática. La pragmática se refiere a lo que el autor pretende hacer con las palabras que ha escrito. Es el enfoque teológico que el autor quiso transmitir con sus frases. Este enfoque teológico es único. El autor quiere decir una cosa y no otra. En otras palabras, cada perícopa tiene un solo significado, y este condiciona la aplicación.

Tomemos como ejemplo una oración sencilla de cuatro palabras:

La puerta está abierta.

Un análisis exegético tendría que aclarar el significado de «puerta», junto con su funcionamiento (se abre y se cierra). El intérprete tomaría nota del tiempo presente del verbo, de cómo describe la situación actual de la puerta. Más análisis léxico aclararía el significado de «abrir». Un examen gramático apuntaría el artículo definido «la». Se trata de una puerta, de esta puerta y no otra.

Para determinar la aplicación, sin embargo, hay que preguntarse ¿qué trata de hacer el autor con esta frase? ¿Cuál es la pragmática de la frase? ¿Qué espera el que habla? ¿Qué quiere que ocurra? Se podría pensar en varios escenarios:

Una discusión. Pepe y María acaban de discutir acaloradamente en el salón de su casa. Frustrado, harto, Pepe dice a María, «La puerta está abierta». Lo que pretende con esta frase es que ella se largue. No quiere seguir discutiendo con ella. Aplicación: ¡márchate!

Un día caluroso. Ramón y Begoña han encendido el aire acondicionado a 23º porque hace un calor sofocante afuera en la calle. Él, al sacar la basura, ha olvidado cerrar la puerta detrás de sí cuando vuelve. Ella le dice, «La puerta está abierta». Está molesta porque todo el aire fresco se escapa de la casa. Aplicación: ¡Apaga el aire!

Una excursión al campo. Pedro y Eva han hecho bocadillos para llevar a los niños a la sierra y pasar un día en familia haciendo senderismo. Mientras cargan el coche con una mesa de camping y sillas, algún balón, y una mochila con la comida, él mira a casa y ve que no han cerrado la puerta. Le dice a Eva, «La puerta está abierta». Quiere decir que no se olviden de echar la llave antes de marcharse de excursión. Aplicación: ¡Cierra la puerta echando llave!

Un cotilleo de oficina. Tomás y Margarita, que trabajan juntos en una empresa, acaban de tomar un café de máquina durante el descanso de media mañana. Ella empieza a contarle un rumor que está circulando por la oficina, un lío de faldas de uno de los directivos. Él la para diciendo, «La puerta está abierta». Quiere decir que otros pueden estar al loro, conviene bajar la voz. Aplicación: ¡Baja la voz!

En estos cuatro casos se pronuncian las mismas palabras, pero en situaciones muy dispares. El significado reside en lo que el autor pretende hacer con las palabras que dice, no el sentido léxico y gramático de las palabras mismas. La aplicación varía según la pragmática del autor. El que se expresa tiene en mente una sola idea, no todas las ideas posibles. La aplicación fluye de la intención práctica del que habla. Esto es lo que el intérprete debe discernir.

Aun cuando el sentido sea único, y la aplicación principal fluye de ella, podría haber varias formas secundarias de ponerla en práctica. Ramón y Begoña podrían apagar el aire o cerrar la puerta para que no se escape el aire fresco. Pedro y Eva podrían cerrar la puerta y echar la llave o mandar a uno de sus hijos a hacerlo. Tomás y Margarita podrían bajar la voz o dejar el cuarto de máquinas expendedoras para compartir confidencias en la escalera.

Lo más importante es que la aplicación se basa en la pragmática del texto. Proponer una aplicación sin tener en cuenta lo que el autor pretende hacer con sus palabras conduce al error. Cuando se trata de un pasaje de la palabra de Dios, desemboca en aplicaciones trilladas e insulsas, de poca utilidad para lograr una poderosa transformación espiritual de los hermanos.

Las tentaciones de Jesucristo

El relato acerca de las tentaciones de Jesucristo en el desierto representa una mina de oro para el predicador. La cuestión es ¿cómo deducir la aplicación correcta de este pasaje? ¿Qué pretende el evangelista al narrar las tres tentaciones que Jesús soportó antes de iniciar su ministerio? ¿Qué importancia tiene su victoria sobre el diablo? ¿Cuál es el enfoque teológico del autor?

Algunos expositores plantean el pasaje simplemente como un modelo a seguir. Hay que imitar a Jesús resistiendo la tentación. Otros profundizarán en el método con que Jesús se enfrenta al diablo citando pasajes de la Escritura. ¡Memoriza textos bíblicos!, dice el predicador. Otro pastor se fija en el hecho de que esta secuencia ocurra al inicio del ministerio público de Cristo, y exhorta a los hermanos a cuidar su santidad personal antes de emprender un servicio al Señor.

Todas estas aplicaciones quedan debilitadas, sin embargo, si no empalman con lo que el autor trata de hacer al contar la historia. Son como una mala aplicación de la frase «La puerta está abierta» en el ejemplo dado arriba. Si la pragmática (lo que el autor quiere hacer con sus palabras) es que Margarita baje la voz, sería un error aplicar la frase apagando el aire acondicionado.

En el relato de Mateo 4.1-11 el autor está retratando el talante moral de Jesucristo. Quiere demostrar que Jesús sufrió tentación verdaderamente y que la rechazó con contundencia. Fue probado de verdad y superó la prueba. La importancia de este hecho reside en cómo capacita a Cristo para ser el sumo sacerdote que los creyentes de hoy necesitamos. Habiendo sido tentado de verdad, se identifica plenamente con nosotros y nuestras luchas. Habiendo descartado la invitación al mal, él es fuerte para ayudarnos a hacer lo mismo en las encrucijadas morales de nuestra experiencia diaria.

Pues en cuanto él mismo padeció siento tentado,
es poderoso para socorrer a los que son tentados (He. 2.18).

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (He. 4.15).

Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores,  hecho más sublime que los cielos (He. 7.26).

De esta manera, el enfoque teológico de Mateo es que Jesucristo ha demostrado ser la clase de sumo sacerdote que necesitamos, para que acudamos a él cada vez que nos encontramos en una tesitura conflictiva. Debido a su justicia, porque se negó a desviarse de la voluntad del Padre, está capacitado para mediar gracia a su pueblo, como el sumo sacerdote en Israel que llevaba la mitra blanca y una lámina de oro con las palabras «Santidad a Jehová» (Ex. 28.36). Él es como el rey ideal que ha cabalgado sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, para que derrote poderosamente a los enemigos (Sal. 45.4-5). La calidad moral de su vida le capacita para ayudar a los demás en sus luchas contra el mal.

De esta manera, el enfoque teológico (la idea central, la pragmática) podría resumirse así:

Si Cristo lidió con el mal y superó la prueba,
te puede ayudar cuando eres tentado

Son dos aspectos: lo que Jesús logró y cómo ayuda a los suyos en situaciones parecidas. El bosquejo tendría dos grandes apartados: la naturaleza de la tentación y la esencia de la justicia. Añadiendo detalles se podría concebir un bosquejo algo así:

A. La naturaleza de la tentación
1. Procede del tentador, el diablo
2. Consiste en la invitación a satisfacer alguna necesidad sin contar con Dios
3. Dios permite situaciones de necesidad (lleva a Jesús al desierto)
B. La esencia de la justicia
1. Hay movimientos (el significado de cada tentación)
a. La desesperación frente a la espera (piedras en panes)
b. El nerviosismo frente al silencio de Dios (tirarse de lo alto del templo)
c. La frustración de ser ignorado (recibir gloria adorando al diablo)
2. Hay matices
a. La palabra de Dios aclara el buen camino
b. Practicar la justicia te da un mensaje para los demás (los 40 días en el desierto como los 40 días de Moisés en el monte de Sinaí)
c. Optar por la justicia abre la puerta al apoyo divino (ministerio de los ángeles a Jesús)

La aplicación principal es que conviene acudir a Cristo en medio de la tentación, sabiendo que él fue tentado de verdad y venció aferrándose a la voluntad del Padre. La aplicación podría practicarse, sin embargo, de varias maneras. El predicador podría exhortar a los hermanos a examinar los movimientos profundos de su corazón para discernir dónde se están cansando de esperar la provisión de Dios (la tentación de cambiar piedras en panes), dónde deben seguir confiando en las promesas del Señor a pesar de su silencio (la tentación de tirarse de lo alto del templo para obligar que Dios actúe), y dónde deben dejar con Dios su reconocimiento (la tentación de conseguir gloria adorando al diablo).[2]

El pastor también podría animar a los oyentes a empaparse de la Palabra de Dios, sabiendo que ella aclara los preceptos, las prioridades y las prácticas que caracterizan a la persona justificada por la fe de Cristo. O podría invitarles a acercarse a Cristo en oración, pidiendo fuerzas para hacer lo correcto en un momento ambiguo. O podría explicar cómo funciona la confesión de pecado cuando ha habido un fallo (1 Jn. 1.9, Pr. 28.13).

Otra área para practicar la aplicación del enfoque teológico del pasaje tiene que ver con la providencia divina que a veces permite necesidades intensas (como Jesús en el desierto). Su intención no es quebrantarnos, sino darnos una plataforma para escoger la justicia (confiar en Dios y hacer el bien, Sal. 37.3), para que quede evidente a todos la nueva vida que él ha formado dentro de nosotros. Superar la tentación es lo que da al creyente un mensaje para los demás. Como Moisés impartió el mensaje de Dios después de 40 días en el monte de Sinaí, y como Jesucristo empezó su ministerio público después de 40 días en el desierto, así el creyente de hoy ve respaldado su mensaje verbal si echa mano de Cristo para superar sus pruebas vitales.

Cada perícopa de la Escritura recoge una sola idea central, que se basa en lo que el autor pretende hacer con sus palabras. La pragmática del texto refleja la intención del autor, lo que trata de conseguir en los que leen u oyen sus palabras. Discernir la pragmática del autor requiere una reflexión sostenida sobre el texto bíblico en sí, más que la consulta a comentarios, que suelen centrarse en detalles léxicos y gramaticales, históricos y geográficos, que son interesantes pero no aclaran la idea central. El enfoque teológico correctamente analizado abre la puerta a la aplicación que transforma vidas.

–Esteban Rodemann


[1] La definición exacta de «perícopa» es un pasaje breve de cualquier tipo de documento. Antiguamente se usaba para señalar una porción de los evangelios adecuada para ser leída en público durante el culto dominical. Véase la web de la Iglesia de Pueblo Nuevo:

https://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=enc_pericopa . Algunos autores emplean el término para delimitar un pasaje que sirve para ser predicado. Véase Abraham Kuruvilla, A Vision for Preaching: Understanding the Heart of Pastoral Ministry (Grand Rapids: Baker Academic, 2015), 92-93.

[2] Llama la atención el hecho de que ninguna de las tentaciones tenga que ver con quebrantar los Diez Mandamientos. Atacan algo más sútil, los movimientos profundos del corazón que invitan a apartarse de la voluntad de Dios.

Serie de estudios basados en el evangelio de Juan – La predicación expositiva secuencial II

Ocho señales del evangelio de Juan – La fe que ve

Las imágenes más espectaculares de la NASA –de la luna[1], de la tierra[2], del espacio– están hechas de cientos de fotos que se combinan para una exposición completa. Son fotos cósmicas compuestas. ¿Qué pasaría si tuviéramos una foto compuesta del Señor Jesucristo? Sería una sucesión de cromos que, al juntarlos, darían motivos para creer plenamente, sin ninguna sombra de duda.

La Biblia afirma que andamos por fe, no por vista (2 Co. 5.7). Esto significa que la verdadera fe se basa en las palabras de Dios y no en milagros espectaculares. No necesitamos portentos diarios si tenemos la palabra de Dios. Una fe de milagros puede ser una prueba de candidez más que de confianza. Jesús insiste en que ha sido enviado para transmitir palabras, un mensaje inteligible que las personas necesitan oir: «Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla» (Jn. 3.34).

Al mismo tiempo, las señales que Jesús hace abren el oído para que la gente preste atención al mensaje verbal. Convencen de que se trata de un anuncio del cielo, no las divagaciones incoherentes de un iluminado. Es como observa Nicodemo: «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro (es decir, lo que importa son las palabras), porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él (es decir, las señales convencen de la urgencia de escuchar la palabra)» (Jn. 3.2).

El evangelio de Juan indica que Jesús hizo muchas señales (Jn. 2.23, 6.2, 7.31, 11.47, 12.37). La palabra «señal» (semeion) se refiere a un milagro con mensaje. Es mucho más que un mero prodigio, más que algo sobrenatural que sorprende porque desobedece las leyes naturales normales. Es una maravilla que a la vez enseña algún concepto espiritual. Así son las sanidades que hace Jesús: anuncian visiblemente las condiciones del reino de Dios, cuando la plenitud de vida humana habrá quedado totalmente restaurada. Los profetas lo anuncian y Jesús, al sanar a unos y otros, apunta que aquel día se acerca: «Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo» (Is. 35.5-6).

Si Jesús hace muchas señales, el evangelista Juan se centra en ocho de ellas para dibujar una imagen completa del Hijo de Dios. Cada señal aporta información sobre una faceta nueva de Cristo, para que la fe del creyente cristalice. El cuadro completo conduce a una fe madura, para que el creyente disfrute al máximo de una experiencia de vida eterna.

Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre (Jn. 20.30-31).

Un tema relacionado con las señales es la vista. Cuando los primeros discípulos piden información a Jesús, su respuesta es «Venid y ved» (Jn. 1.39). De la misma manera, cuando Natanael plantea dudas sobre la identidad de Jesús, Felipe le dice «ven y ve» (Jn. 1.46). Ver a Jesús significa acercarse, escucharle, elaborar una noción completa de su persona y su obra. Es verle como Hijo de Dios e Hijo del Hombre. El título «Hijo de Dios» viene del Salmo 2.6-7 y se refiere al hombre designado por Dios para reinar en su nombre sobre toda la tierra. El nombre «Hijo del Hombre» se remonta a Daniel 7.13-14 y también describe al hombre escogido para reinar sobre la tierra. El calificativo «Cristo» (Ungido) indica que el rey elegido estaría señalado y capacitado por Dios para realizar su tarea.

Jesús recrimina a los asistentes en la sinagoga de Capernaum el haberle buscado «no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan» (Jn. 6.26). Ellos, en vez de indagar en el significado del milagro, solo querían una pensión vitalicia. La idea es que la contemplación de las señales debería haber provocado una búsqueda espiritual, porque las señales enseñan algo nuevo acerca de Jesús. Es lo que buscan los griegos cuando se acercan a los discípulos: «quisiéramos ver a Jesús» (Jn. 12.21).

Ver a Jesús significa comprender quién es Jesús. Comprender quién es Jesús despierta deseos de acercarse más a Jesús. Las señales están para convencer que Jesús es el rey que Dios ha prometido, que algún día triunfará sobre todos los males. Cuanto mayor la comprensión, mayor el deseo. El deseo aumenta el entendimiento. Al crecer el entendimiento, crece la fe y crece la riqueza de la vida eterna, que primero se vive en el corazón y luego se manifestará en el mundo entero.

Un ilusionista de feria dice «visto y no visto», y con un gesto de la mano hace desaparecer una carta, una moneda, una bola. El público –crédulo y entusiasta– se deja llevar por la palabrería y la simpatía del mago. Se fija en la chistera vacía y se sorprende cuando el showman saca un conejo o una paloma. Para algunos tener fe es como creer en un ilusionista con poderes sobrenaturales. Pero los que han visto a Jesús a través de las señales que plantea el evangelio de Juan, saben que no se trata de un juego de manos. La imagen compuesta, basada en hechos avalados por testigos, tiene una fuerza arrolladora. Despierta y refuerza la fe. El creyente nutrido por la visión completa de Jesucristo está preparado para vencer en medio de un mundo roto.

La predicación de las ocho señales del evangelio de Juan podría formar una serie de exposiciones para la iglesia local. Sería una manera de aplicar la predicación secuencial para el bien de la congregación, retratando la persona y la obra de Jesucristo para la edificación de los hermanos. Esteban Rodemann


[1] Fotos de la luna: https://rpp.pe/ciencia/espacio/nasa-la-luna-como-nunca-antes-vista-esta-foto-esta-compuesta-por-otras-100-mil-imagenes-noticia-1238587

[2] Fotos de la tierra: https://www.businessinsider.es/27-iconicas-fotos-tierra-tomadas-espacio-que-te-dejaran-fascinado-309227

Serie de estudios basados en el evangelio de Juan – La predicación expositiva secuencial

Las siete señales del evangelio de Juan

Cada predicador de la palabra de Dios aborda su cometido eligiendo entre desarrollar un tema libre (la predicación temática) o seguir un libro de las Escrituras, pasaje tras pasaje (la predicación secuencial). Hay buenos motivos para optar por la predicación secuencial, aunque puede haber distintas maneras de llevarla a cabo. Si la iglesia goza del privilegio de un pastor a tiempo completo que elabora la mayoría de los mensajes, la decisión de cómo plasmar la predicación secuencial le compete principalmente a él. Abrirá pasajes sucesivos del libro bíblico elegido, dejando espacio para la variedad en la exposición: en fechas señaladas (Navidad, Semana Santa), con predicadores invitados, o durante las vacaciones de verano.

En cambio, si varios hermanos comparten la exposición dominical de la Palabra, hay dos maneras de lograr una exposición sistemática: que todos sigan un calendario de predicaciones, abriendo pasajes sucesivos según un orden establecido, o que cada predicador desarrolle el libro bíblico de su elección cada vez que le toca tener ministerio. De este modo, un predicador irá avanzando en un libro de las Escrituras cada vez que suba al púlpito, mientras otro hará la mismo con otro libro distinto que ha preparado. Todos van avanzando, pero en paralelo.

La predicación secuencial se basa en varias consideraciones de peso. Un profesor de homilética ha dicho que recomienda a sus estudiantes predicar un sermón temático solo una vez cada cinco años, ¡pidiendo perdón a Dios inmediatamente después![1] En cambio, seguir un orden sistemático en un libro bíblico aporta grandes beneficios espirituales, tanto al predicador como a la congregación.

Es la única manera de respetar la inspiración de las Escrituras. Si toda la Escritura es inspirada y útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia, entonces los que ostentan el ministerio público querrán dar un ejemplo de compromiso con este principio. Dios ha revelado su mensaje progresivamente a través de los siglos porque ha querido edificar en cada época sobre fundamentos ya dados. La predicación secuencial respeta este propósito divino.

Facilita la interpretación correcta de pasajes oscuros. Si un predicador, o un equipo de predicadores, desarrolla el sentido de un libro perícopa por perícopa[2], esto permite discernir mejor el enfoque teológico del autor. Los pasajes oscuros se iluminan a la luz de lo que viene antes y después. Seguir el flujo del argumento del autor hace que en sentido de los textos difíciles se aclare.

Obliga al predicador a enfrentarse con todo el consejo de Dios, tanto para sí mismo como para toda la congregación. Limitarse a sermones temáticos se degenera fácilmente en la repetición de los temas predilectos del predicador. Sus mensajes vuelven una y otra vez sobre las mismas doctrinas trilladas y se convierten en fuente de las mismas exhortaciones cansinas. Sin embargo, si se compromete con la predicación de libros enteros, abriendo pasajes sucesivos, esto abona su propio crecimiento. También suministra alimento espiritual a la congregación, cuyas necesidades más profundas a veces son desconocidas para los pastores.

Asegura que el predicador entregue el mensaje de Dios, no sus propias reflexiones personales. Hay una gran diferencia entre el esfuerzo por descubrir la razón de ser de un pasaje inspirado y la búsqueda enfervorizada por localizar un pasaje que respalde lo que el predicador quiere decir a sus hermanos. La predicación expositiva existe para transmitir palabra del Señor, no de los hombres.

Por todos estos motivos quisiéramos animar a los hermanos que tienen ministerio a dar la máxima prioridad a la predicación secuencial. Permitirá que los hermanos oigan la voz de Dios.

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Jn. 17.17).


[1] Citado en Abraham Kuruvilla, A Vision for Preaching: Understanding the Heart of Pastoral Ministry (Grand Rapids: Baker Academic, 2015), 25.

[2] Una perícopa es una unidad textual, un pasaje que gira en torno a un solo tema. Puede ser algo corto (un solo proverbio), de extensión mediana (el párrafo de una epístola), o un pasaje relativamente largo (como de la narrativa del Antiguo Testamento). Ver Bibliatodo Diccionario, s.v. “perícopa”, consultado el 31 de agosto de 2020, https://www.bibliatodo.com/Diccionario-biblico/pericopa