Diagnosis de la aplicación: el abanico de Haddon Robinson


En otro artículo hemos hablado de seis problemas diferentes en la aplicación, la última siendo cuando la aplicación se vuelve completamente contraria a la enseñanza de la Biblia. Pero en un famoso artículo Haddon Robinson sugirió que hay más “herejías” que surgen de una mala aplicación de pasajes Bíblicos que de una mala exégesis o interpretación. Y explica cómo suele ocurrir: muchas veces se debe sencillamente a un error de exageración.

Los predicadores deberíamos temer a los adverbios absolutos. Hay muchas frases a las que si añadimos la palabra “nunca” o “siempre” dejan de ser ciertas. Si dijéramos que los nórdicos suelen ser más rubios que los latinos estaremos todos de acuerdo. Pero si dijéramos que siempre lo son ya no es cierto. Lo mismo nos ocurre con el afirmar algo acerca de todos o de ninguno o de nadie.

Robinson en su artículo sugiere la siguiente tipología de las aplicaciones: Necesarias, Probables, Posibles, Improbables e Imposibles. Él pone el ejemplo del mandato “no cometas adulterio” para ilustrarlo.

En su esencia este mandato prohíbe que los hombres casados se acuesten con mujeres que no son sus esposas. Esto es una aplicación necesaria. Si alguien en el mundo actual no sabe que significa la palabra adulterio hay que explicarlo. Pero además si alguno no ha entendido que la Biblia tampoco permite que el pueblo de Dios tengamos relaciones sexuales con alguien aunque no estemos casados esto sería una aplicación probable. La Biblia a veces quiere distinguir el adulterio de la fornicación, pero a veces ambos son solo ejemplos de distintas maneras de fallar al ideal de Dios para la relación sexual dentro del matrimonio.

Demos un paso más. Hace años he tenido que aclarar a un hombre creyente que estando su mujer enferma en cama él no podía salir a bailar con otras mujeres. Estamos todavía en el terreno de aplicaciones probables pero pasando al terreno de aplicaciones posibles. Sabiendo como empiezan muchas infidelidades matrimoniales, es consejo sabio evitar situaciones donde estemos comiendo a menudo a solas con un miembro del sexo opuesto. Pero un predicador no podría predicar que es pecado si alguien lo hiciera una vez. Hay situaciones laborales no buscadas que pueden propiciarlo. Es sabio buscar la manera de evitarlo en lo posible – es justamente eso: una aplicación posible del mandato.

Pero si el predicador añade la palabra nunca – no debes comer nunca a solas con otra mujer o bien si dijera no debes comer con otra mujer ni siquiera acompañado ya hemos cruzado al terreno de aplicaciones improbables. No hemos llegado todavía a las aplicaciones imposibles porque entran en juego cuestiones culturales y sociales. No me atrevería a afirmar que no existan culturas donde nunca sea bueno comer con miembros del sexo opuesto. Pero sí que podemos decir sin temer a equivocarnos que predicar que nunca podemos hablar con ninguna mujer que no sea nuestra esposa es una aplicación imposible.

Creo que esta sencilla tipología puede sernos muy útil al prepararnos para la enseñanza de la palabra de Dios. ¡Lo que queremos hacer es aplicación no distorsión!

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