La narrativa del Antiguo Testamento – Un reto para la predicación expositiva – 2º Samuel 9

Vencedores y vencidos

Cuando aparece la figura de David en la historia de Israel, nos encontramos por primera vez con un hombre que Dios describe como «varón conforme a mi corazón» (1 S.13.14). Los jueces de Israel habían recibido una capacitación espiritual transitoria para vencer a los enemigos, como también el rey Saúl. David, sin embargo, representa el triunfo del bien basado en un carácter íntegro, en sintonía con la voluntad de Dios. Por ello Dios hace un pacto con David, prometiendo que el futuro Salvador vendría de su linaje y ocuparía su trono para siempre (2 S. 7.12,16). Jesucristo sería, como David, «un varón conforme al corazón de Dios».

Muleta antigua. Fuente: Todocoleccion

Jesucristo es Hijo de David no solo porque ocupa un lugar en la cadena genealógica, sino porque encarna las mismas virtudes, los mismos sufrimientos y la misma victoria final que el hijo de Isaí. Esto advierte al creyente de que la vida de David ofrece muchas pistas a lo que sería la persona y la carrera de Jesucristo. Dar con estas pistas enriquece la fe del cristiano de hoy.

Así ocurre con el encuentro entre David y Mefi-boset. David ha ganado las batallas, está instalado en el trono en Jerusalén. Toma la iniciativa de hacer misericordia con algún superviviente de la casa de Saúl. Mefi-boset, cuyo nombre significa «el que reparte vergüenza», es poco apto para beneficiarse de las atenciones del rey. Es descendiente del rey Saúl, el gran enemigo de David. Está lisiado: no puede andar, debido a una caída cuando era pequeño. De la misma manera, el creyente de hoy nace como descendiente del enemigo de Dios (Ef. 2.1-3). Está incapacitado para andar en los caminos del Señor, debido a una caída que ocurrió al principio de los tiempos. La consecuencia de haberse apartado del Señor es vergüenza (Os. 9.10).

Mefi-boset es consciente de todassus deficiencias y, por ello, se postra delante de David cuando elrey le llama. Es como las personas se salvan hoy en día:reconociendo su necesidad espiritual, se postran de corazón anteJesucristo, reconociéndole como el único rey de sus vidas. «Creeen el Señor Jesucristo, y serás salvo».

La aplicación de la narrativa

La narrativa no es como la poesía Si la poesía emplea figuras de dicción, con alusiones escuetas y rebuscadas, para transmitir fuerza emocional, la narrativa representa todo lo contrario. Es prosa llana. Se dice lo que ocurrió y el lector comprende perfectamente los detalles del relato. Con la narrativa, el desafío es otro: no tanto la interpretación como la aplicación. ¿Qué me importa a mí lo que hizo un rey que vivió hace 3000 años y tuvo misericordia de un discapacitado? El que lee el relato de David y Mefi-boset capta perfectamente el sentido del texto. El problema es determinar el significado de todo ello para el cristiano de hoy. El sentido de las palabras es una cosa, el significado para la vida es otra.

El mayor peligro en la predicación de las narrativas del Antiguo Testamento es recurrir a un moralismo facilón que se limita a una exhortación a imitar las virtudes delos antiguos y huir de sus errores: «David se portó bien con un discapacitado; debemos cuidar de los discapacitados». «David hizo misericordia con el nieto de su enemigo; debemos amar a nuestros enemigos».

Otro peligro es dar un salto demasiado rápido a Cristo, ignorando los matices que la historia real aporta dentro de la gran metanarrativa bíblica. Sería como decir «David da de comer a Mefi-boset; así Cristo alimenta el corazón de sus hijos por la fe». Todo esto es cierto, pero hay mucho más.

En el relato del encuentro entre David y Mefi-boset, el autor resalta la generosidad de un rey que ha sido victorioso. Por amor a su amigo Jonatán, David procura tener piedad del descendiente del enemigo. Es como el Señor, por amor a su amigo Abraham, busca a los auténticos hijos de Abraham para bendecirles, aunque sean descendientes del enemigo (Lc. 13.16, 19.9).

David concede tres mercedes a Mefi-boset. Su generosidad anticipa lo que Cristo resucitado hace con aquellos que él ha vencido por amor. La salvación representa la victoria espiritual de Cristo en la vida de la persona. Es como afirma el profeta Jeremías: «más fuerte fuiste que yo, y me venciste» (Jer. 20.7). O como dice el apóstol Pablo: «libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia» (Ro. 6.18).

Primero, David devuelve a Mefi-boset la herencia, las tierras de Saúl a que había perdido el derecho (2 S. 9.7, 9). De la misma manera, Cristo devuelve la herencia del mundo entero a los hijos de Dios, a pesar de haber perdido previamente el derecho a ello en la apostasía de Adán (Ro.4.13, 8.17; 1 Co. 6.2).

En segundo lugar, David le asigna muchos siervos: Siba y toda su casa (2 S. 9.9-10). De la misma manera, Cristo asigna muchos siervos –los ángeles– que ministran las necesidades de los hijos de Dios (He. 1.14).

En tercer lugar, David asegura a Mefi-boset que comerá de su mesa todos los días de su vida (2 S.9.11). Así hace Cristo, alimentando el alma de sus hijos todos los días, hasta que lleguen a su lado en gloria. «Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida» (Jn. 6.55).

La generosidad del rey victorios produce lealtad en el corazón del vencido. Mefi-boset pasa el resto de su vida morando en Jerusalén (2 S. 9.13). A pesar de su discapacidad, la esplendidez del rey ha cautivado su corazón. Lo único que quiere es seguir cerca de su benefactor. Estando cerca del rey, el significado de su nombre llega a ser otro. Ya no es «el que reparte vergüenza», sino «el que esparce (hace desaparecer)vergüenza», debido al cambio que la misericordia ha obrado en él.

La generosidad del que vence despierta lealtad en el corazón del vencido.

Fase I: exégesis

  1. ¿Hay palabras claves, repeticiones,detalles que llaman la atención? ¿Hay alguna figura de dicción?¿Cómo encaja este pasaje en la gran historia de Dios?
  2. ¿En qué se parece la condición del lisiado con la situación espiritual de las personas (Jer. 6.16, 7.23, 26.4)? Compárese con Sal. 78.10, Ro. 5.6, 8.7.
  3. ¿Qué te sugiere el hecho de que David llame a Mefi-boset por su nombre? Compárese con Jn. 10.3, Ap. 2.17.
  4. ¿En qué sentido Cristo da de comer a los suyos (Sal. 23.1-6, 34.8)?
  5. ¿Qué te sugiere el hecho de que Abraham sea amigo de Dios, como Jonatán lo fue de David (2 Cr. 20.7, Is. 41.8, Stg. 2.23)?
  6. ¿Cuál es la estructura del pasaje? ¿Cuál es el flujo de pensamiento o argumento? Haz un bosquejo del texto, dividiéndolo en secciones, resumiendo lo que dice.
  7. ¿Cuál es el punto principal o idea central que el autor estaba tratando de comunicar a sus primeros lectores en este pasaje? Intenta resumirlo en una sola oración en tiempo pasado: El autor quería transmitir a sus primeros lectores que … 
  8. ¿Cuál es el principio teológico fundamental que subyace este pasaje? En base al resumen que has hecho del mensaje de 2 Samuel 9, intenta definir este principio de aplicación universal en una sola oración, usando verbos en tiempo presente.

Fase II: exposición

  1. ¿Cuál será la idea central de vuestro mensaje?¿Cómo vais a comunicar el énfasis central de este texto a otras personas? Elaborad juntos una sencilla frase o un título que resuma el énfasis principal de vuestro mensaje. La idea es que sea clara y memorable para la audiencia, pero debe reflejar vuestro acuerdo sobre la idea central del texto.
  2. Como resultado de escuchar vuestro mensaje, ¿qué queréis que vuestros oyentes entiendan, sientan y hagan? Confirmad que el efecto que buscáis refleje el efecto que el autor del texto bíblico buscaba en sus oyentes.
  3. Debatid posibles bosquejos para vuestro mensaje. Sed todo lo creativos e imaginativos que podáis, buscando una estructura sencilla que refleje fielmente lo que el texto dice. Buscad encabezados que sean cortos, sencillos y fáciles de recordar.

Esteba Rodemann

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