Desde que descubrí este pasaje, puedo decir que es uno de los que más me ha impresionado, y a la vez, más me ha ayudado en mi vida.
Quisiera destacar cuatro ideas que puedan inspirarnos y animarnos en el día a día, cuando la adversidad aparece.
No podemos evitar vivir en un mundo imperfecto (v. 1-2)
Hay violencia, injusticia, accidentes, conflictos, enfermedades, ladrones, pérdidas…
No podemos evitar las adversidades (v. 3-6a)
El pueblo de Dios no está exento, aún el ungido de Dios, David, fue perseguido injustamente…A veces las adversidades aparecen varias, una tras otra, seguidas, y parece que todo se viene abajo y nos derrumbamos…
En ocasiones la incomprensión procede del mismo Pueblo de Dios, los hermanos no nos entienden, nos culpan…
Podemos fortalecernos en Dios (v. 6b)
¿En quién debe estar nuestra confianza? ¿En quién debemos fortalecernos?
Cuando todo alrededor se tambalea, miremos a Dios. Vez tras vez, sin desanimarnos.
Esta es la mejor decisión: Mas David escogió, decidió. Tenemos responsabilidad.
Podemos orar y pedir dirección a Dios (v. 7, 18)
¿Fue eso todo lo que hizo David? ¿Qué otra decisión tomó?
Orar, consultar a Dios: que expresión más hermosa. Desarrolló intimidad en la presencia de Dios. Su petición fue específica, concreta. Qué importante es no perdernos en generalidades. Después de consultar, se pone en marcha, obedece, la respuesta no es mágica y vemos cómo Dios responde de manera afirmativa y maravillosa (v. 18).
Francisco Mira