En el día malo necesitamos promesas de Dios. Una promesa es algo que Dios ha anunciado, algo que él propone hacer. Nuestra fe responde a su promesa. Así fue al principio («Enviaré a alguien para arreglar esto», Gn. 3.15), y así es en el día a día del cristiano. Andar por la fe en un mundo caído solo es posible echando mano de las promesas del Señor.
Esteban Rodemann comparte con nosotros una serie de promesas para sustentar nuestro corazón en estos días de aislamiento. Esperamos que os sirvan de estímulo.
Clickando en el botón superior-derecha que aparece en el video a continuación, podrás encontrar cada una de las promesas diarias.